Alejandra Morales
"Yo vine aquí solamente para cantar tu canto,
en tu maravilloso universo dame mi pequeño puesto"
Rabindranath Tagore
Bienvenida Alejandra Morales a EL CLAROSCURO
Siempre es un privilegio abrazar tu alma
**
¿Quién es Alejandra Morales?
He hecho lo que casi todos en esta vida abrir los ojos y llorar. Dicen que la primera vez fue la madrugada de un 23 de abril de hace más de medio siglo y la última seguro puede tener lugar cada vez que amanece.
Por lo demás también anduve como el resto afanada en cotidianeidades.
Soy Alejandra Morales, argentina, salteña.
Nací mujer y en ese ejercicio me he sostenido.
Parí cinco hijos, hermosos como soles. Hace un año ostento el título de abuela.
Licenciada en Enfermería. Magister en Salud Pública. Docente.
Enfermera pediátrica en un hospital que alberga niños en situación de abandono.
Cuido un jardín. Ando persiguiendo brotes, atesorando semillas, cuidando del frio a todo lo frágil que hay en mi vida.
Eso y de tanto en tanto también escribo.
**
¿Qué es la poesía?
A veces es el lugar donde entierro dolores, un ataúd que tallo con palabras, una tierna mortaja donde guardo lo destinado a no ser.
Otras veces es la piel de quien amo, sus manos, su boca, la alquimia, el temblor.
Es una visión del mundo, un modo de tocar, de ser en el amor, en el dolor, en la alegría y en la tristeza.
La poesía es mi otro jardín, como ese de la niñez que miro sin atreverme a tocar.
**
Suelo irme...
pero nadie se va realmente
de sí mismo.
Suelo creer que me voy,
me muero de a ratos,
de a instantes me apago.
Sueño.
Que despliego mis alas
(me quedo con ese gusto
en la boca,
me quedo con el candor
de esperar el día,
alistada para el vuelo).
Pero la noche acaba,
las noches siempre acaban
y la luz no es discreta,
la luz no es piadosa como las sombras.
Ella rebela impávida
las raíces rompiendo
las baldosas,
la serpiente
estrangulando a la alondra.
Nada más crece en mí
que esta razón de mantenerme
inmóvil,
de enraizarme en la renuncia,
de adherirme al miedo.
Suelo creer que me voy,
que me merezco el cielo.
Pero la mañana llega
y yo soy esta:
la mutilada de olvidos,
la del lugar de las ausencias,
la invisible frente al espejo,
el tajo feroz por donde se fugaron
los sueños.
Nadie,
nadie,
nadie.
Nadie se va, realmente, de sí mismo.
**
Escuché llover toda la noche.
La mañana se pareció mucho a ese balde sin manija que se ladeaba en el barro por el peso del agua.
Siempre siento frio cuando llueve de ese modo.
Algunos animales temblamos cuando entramos a la lluvia y al poema.
Quisiera decir mi tristeza de una manera contundente.
De que voy repasando los sonidos que conozco (el taxi del vecino, los zorzales bulliciosos en los charcos, la bisagra de la puerta que rechina) para sentir que estoy aquí, que pertenezco.
Me gustaría escribir sobre la lluvia, decir sobre su olor y sus comarcas, pero yo no me miento, no es la lluvia no,
yo digo tu ausencia
**
Este dolor
de no estar,
de no ser en vos,
me desdibuja,
me estalla en vidrios,
me esparce,
me fragmenta,
me quiebra como un pan seco...
Si este dolor me dura,
mañana seré un poco menos,
mañana
habrá más polvo de huesos
en el piso
y yo iré desnuda de sangre
uniendo los guijarros,
limando las aristas,
buscando fotos para recordarme.
Este dolor
de no estar
de no ser en vos,
viene durmiendo
cada noche en mi cama,
despertar es un recuento
de todos los pedazos que me faltan.
Este dolor
de no estar,
de jamás haber sido en vos,
ya se llevó los brazos,
ya me comió las manos.
Si este dolor me dura,
mañana seré un poco menos,
menos viento,
menos sueños,
menos alas.
...Y habrá un día de mi vida
en que ya no seré nada.
**
Una mujer va a cruzar la calle
la detiene su cabeza,
se queda en suspenso
repasa mentalmente la lista de las compras.
Caminó cada vereda con minucia
sin dar con una boca de expendio
donde se venda olvido
por litros,
por kilos,
en grageas,
en macetas.
Fue a esos localcitos de filosofía sustentable
buscaba alguna cosa así
como 15 tips geniales
para hacer posavasos,
origamis,
mantitas para el canario,
revisteros,
organizadores,
cubeta originalísima para la esponja de alambre,
reciclar,
reciclar,
reciclar
el recuerdo de ese hombre
que no la amo nunca.
Reciclar,
la memoria del agua de sus dedos
en la sed de sus muslos.
Reciclar,
hacer algo que sirva
con ese corazón en desuso.
Una mujer va a cruzar la calle
se detiene,
sacude su cabeza levemente,
Lleva la mano al bolsillo,
dobla en un cuadradito inverosímil a esa piel que ya no escucha,
despliega la lista del supermercado
respira hondo...
Sabe, sabe
que es invisible
que después de todo sólo se trata de un día más,
de un día menos.
Solo se trata de hacer las compras.
Comentarios
Publicar un comentario