Diana Carolina Daza
Heredamos la esperanza, regalo del olvido. Verás cómo entre ruinas damos a luz niños.
Wislawa Szymborska
Bienvenida Diana Carolina Daza a EL CLAROSCURO
Siempre es un privilegio abrazar tu alma.
Diana Carolina Daza Astudillo, Bogotá, Colombia 1980. Poeta y promotora cultural. Dirige el proyecto editorial independiente Piedra de Toque y el periódico cultural Tinto y Tinta. Ha publicado: “El abrazo de los días grises”, “Domingo, vendedor de globos”, El “Nacimiento de la Gargoleana” y “El azul de las cosas”. Colabora con la Fundación Trilce y el espacio cultural La Galería 4-19. Hace parte de la agrupación Pelo e´ Gato como interprete vocal.
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¿Qué es la poesía en tu vida?
La poesía en mi vida se ha convertido en refugio, puente, puerta, bastón, ese faro que me indica el camino. Esa habitación en la que puedo gritar, desbaratarme, llorar, celebrar. Ese lugar íntimo que me hace sentir dueña de algo, un espacio donde he podido construirme, romperme y reinventarme como mujer y como creadora. Ese paisaje donde he encontrado amigos, ciudades, estados del alma, animales de montaña y de mar. Ella me ha permitido conocer lo mejor y lo peor de la especie humana.
La poesía ha esculpido mi vida en los últimos 20 años, creo que era algo de lo que no podía escapar y en verdad, espero seguir al servicio de ella, desde la creación o la gestión; que es otra de mis pasiones. Me hubiera gustado ser pintora o bailarina, pero ninguna de estas artes se me concedió, así que celebro todos los días que la poesía esté en mi camino, eso ha hecho los días con sus noches más emocionantes y gratificantes.
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Fidelina
Obrera de la tierra
partera de becerros y cosechas de fruta
dama de hierro fundido en néctar de flores
y leche
perfume de hierba y leña.
Cargas en el vientre
las heridas de los hijos enfermos
los hijos que no volvieron
los hijos de los hijos que no engendraste
pero vieron la luz en tus manos.
Tú, un nombre
escrito con sudor en los árboles
es la huella del trabajo de la mujer en el campo
heroína invisible de los pueblos.
Revelaciones al cerrar la puerta
Ahora que los dibujos de los niños
son cometas que abrazan
pienso en el peso de la noche,
si estuvieras aquí
esperándome
con tu pijama de súper héroe
para hablar de cosas imposibles.
Sí, al dormirte
me robaría tu olor a aserrín de lápiz
y jabón de almendra
sí, excavarías mi mochila buscando dulces
sí, cantaríamos en la ducha,
sí, al cruzar la plaza Bolívar
me preguntarías por la enfermedad de las palomas
y por qué el niño del noticiero
se quedó dormido en la orilla del mar.
No sé si tendré respuestas
sí, cargaré tu risa
calmaré tu rabia
o simplemente
nos encontremos en un sueño
para jugar a las escondidas
y nunca me encuentres
y yo te olvide.
Frente a un cuadro de Pollock
Vivimos con rabia
apretando los puños y los dientes
esperando la llamada que nos salve
del disparo en el espejo
el abrazo
que soporte una cabeza a punto de explotar.
Compramos libros
vamos al cine
visitamos museos, restaurantes
ciudades y cuerpos
buscando que algo bello nos sorprenda.
Vivimos entre la niebla y el abismo
vemos pasar navidades, cumpleaños
temblores y conciertos.
Gritamos
porque estamos cansados
pero seguimos
comprando sombreros y máscaras
emborrachándonos hasta perder el control.
Regresamos del naufragio
para intentar terminar un cuadro
que al final,
quedará colgado junto a Modigliani y el Bosco
en la memoria de quienes nos amaron.
Si frente a ese cuadro
algo les conmueve
entonces valió la pena
cerrar los ojos
y saltar.
Fiesta de muñecas
Hay muñecas de madera
que crujen cuando suena un tango
muñecas de trapo que cosen ventanas
muñecas nostalgia de marimba
tabaco de tristeza
muñecas terciopelo de montaña
que desatan nudos
para bordar jardines de espejos.
No importa el material del que están hechas
al caer de la repisa
pierden brazos
piernas
ojos
valentía
y así, con la mano que les queda
alzan la copa y cantan en grupo
cuando el temblor esconde su gesto de victoria.
Es derecho de las muñecas caerse
quebrarse
liberarse de la incómoda costumbre
de la forma correcta.
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singular y conmovedora poesia
ResponderBorrarlas letras de Diana Carolina definitivamente conmueven