Alumbrar por dentro la derrota

 

"Me gusta pensar en este libro como un ejercicio de metacreación, como un proceso creativo que se pregunta por sí mismo, se observa, se cuestiona. Esto lo sugiere el autor en el poema del cual sale el título del libro: 

            Qué tarea titánica

            la del poeta: 

            cada noche, 

            sin paga alguna,

            alumbrar por dentro

            la derrota.


La derrota, en singular. Probablemente para señalar un fenómeno que se repite de muchas maneras, como a la de Borges (tan citado ya): "Ya lo sé (todos lo saben) que la derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no merece" (en "Nota para un cuento fantástico", 1981). Y aunque estos poemas no ayudan en la definición de la derrota, nos invitan a visitarla. "

Irina Henríquez 

Poeta y productora de cine


Alumbrar por dentro la derrota nos lleva a los recuerdos como el retorno a los espacios íntimos. La infancia siempre presente llevando la lámpara en alto. Aquí, en este hermoso libro, de hondo calado nos sumerge el paisaje, es exquisito y sensorial. También Juan Vicente Medina plasma en sus versos sus experiencias personales, y su cercanía a poblaciones vulneradas por la violencia y el abandono. 

Sergio Antonio Chiappe


La presentación de Alumbrar por dentro la derrota en Órbita café con libro en Bogotá, fue maravillosa. Conversamos sobre los ritos de la escritura, el papel de la geografía en la estructura del poema y las influencias literarias: por allí pasaron Virgilio Piñera, J. M Coetzee, Rojas Herazo y Joan Margarit. 

Juan Vicente Medina Cuentas 



 

Pueblo Bello 


Acompañados por los rumores del río Ariguaní

y el olor del eucalipto caminan sus calles los labriegos. 

En el billar se ofician los rituales de los cuerpos, 

los perros descansan de las faenas del día

al abrigo de la procesión de las luciérnagas. 

El humo de los asadores despide las dolencias, 

es propicia la caricia, el lozano fruto del recuerdo, 

el avistamiento de los pájaros de fuego. 

La noche cubre con su manto las altivas montañas

y se tornas las manos mansedumbre de guaduas. 

Sin comprenderlo eres feliz, las sortijas ruedan

de los dedos y florece el amor como un heliotropo. 

Koguis, Arhuacos y Yukpas preparan el terreno 

para el duermevela dorado de la lluvia, 

ceremonia que bendicen el maíz y el café. 

Los desposeídos, suicidas, decadentes,

noctámbulos, pueden tirar de nuevo los dados. 




Vuelven los recuerdos de la casa vieja 


La sábila vigila la puerta falsa, los sueños de Nena. 

En el patio, los tanques de cemento son bocas 

que se tragan las pesadillas de los cuatro hijos: 

el que decidió mirar los ojos de la bestia, 

el que juega con los temblores de la muerte

cerca de una plaza mojada  en Buenos Aires, 

la que reinventó los latidos de la aldea

y se bebe el amor de un solo buche, 

el que peina el cabello de los páramos 

y persigue damiselas en un estadio de fútbol. 

Legado de un amor ancho, tímido, marino, 

que hoy alcanza la edad del crucificado más famoso. 




Discurso de la buscadora


Te he buscado en la ribera de los ríos, donde la muerte 

traduce los alaridos abandonados por los cuerpos. 

Te he buscado en los potreros rojizos, al amanecer, 

en cuyos montículos duermen sin culpa los cerdos. 

Te he buscado en los cementerios; unas sobre otras 

se amontonan las soledades, sepultando la lumbre

de los muertos que persiguen una voz, una tregua. 

Te he buscado en las oficinas públicas: 

allí desovan sus huevos las cucarachas de escarcha. 

Las palabras rugosas, desgarradas, esplendentes, 

serán siempre el último recurso de los desaparecidos. 

Ahora que el cansancio me arrastra a la edad violácea, 

a ese corrillo de minutos que te separan de la fábula, 

he decidido cubrir con palabras las paredes de la casa: 

en la habitación fijar tu infancia de guijarros y astromelias, 

en la cocina la semilla del horror, tus señales particulares; 

en el patio las sepulturas imaginadas, dádivas del silencio; 

en la fachada tu cantilena fecunda. Un hogar de palabras

que te protejan del fiero deseo del guerrero

y de los vigías de la eternidad. 

Hijo mío, que las palabras te prodiguen el descanso

que la soberbia de los hombres te ha negado.




Rómulo Bustos 


¿Dónde guarda, Rómulo Bustos, 

la nube de moscas que escriben 

sus poemas?

¿Qué nombre les ha dado 

a la colección de ángeles 

que cuelgan del camajorú 

de su patio?

¿Qué brebaje ingiere el poeta, 

para tratar las úlceras que le produjo

la ingesta del salitroso alimento

dolorosamente expuesto

a una orfandad de siglos? 

¿Quién lo protegerá 

cuando los animales embravecidos 

emerjan de su bestiario 

y se tomen el poder?


Sueño 


Madre sueña: 

camina hacia la muerte, 

los labios zurcidos por un hilo dorado. 

Para calmar la sed de sus hijos 

regresa convertida en tinaja.




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Juan Vicente Medina Cuentas (Tolú, Colombia, 3 de octubre de 1982). 

Abogado y poeta. Especialista en Derecho Público y magíster en Derechos Humanos y Democratización. Con la colaboración de unos amigos funda en el año 2004 el pliego literario El Capote. Primer puesto del concurso de poesía de la Universidad de San Buenaventura, 2005. Primer puesto compartido del concurso de poesía Terceros juegos florales de Sincelejo, 2005. Ha sido asesor en Memoria Histórica, DDR y Reparación Simbólica. Actualmente se desempeña como investigador en la Unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas. 

Ha publicado los libros de poesía Dicha del musgaño (Anfiteatro Ediciones, 2006), Para otro ojo conservo esta luz (Terrear Ediciones, 2018) y Alumbrar por dentro la derrota (Editorial Corazón de mango, 2024), obra ganadora del portafolio de estímulos del Fondo mixto de Sucre, 2023. Su cuento Lourdes huele a muerto fue publicado en la Antología del Cuento Corto del Caribe Colombiano (Fondo editorial-Universidad de Córdoba, 2008). Poemas de su autoría han sido publicados en las revistas de literatura Mefisto y La Joven Parca y en las antologías Poetas del Caribe Colombiano nacidos en las décadas de los 80 y 90 (Buenos Aires Poetry, 2018), Murmullo de hojas (40 poetas colombianos, 2023) y Morir es un país que amabas (Editorial Escarabajo, 2024).  


Alumbrar por dentro la derrota 
Juan Vicente Medina Cuentas 
Obra ganadora del Portafolio de Estímulos de Sucre 2023
Segunda edición 
febrero de 2025 
Ediciones Corazón de Mango 

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