EL CANDIL
"En su poemario El candil, Hernando Guerra nos comparte un universo mítico donde las cosas tienen alma y se originan en el agua, sobre todo en el río. La madre sueña un cosmos y una estirpe que, como buena heredera del polvo enamorado que somos, vive en una aldea donde las casas son de barro, de una suerte de música que gira con los astros y del silencio que nos regala la naturaleza. "
Álvaro Neil Franco Zambrano
El poeta es un río
desbordándose en la hoja.
El río es el poeta
que cincela los paisajes del alma.
Sergio Antonio Chiappe Riaño
EL CANDIL
Cósmica quietud,
velo de nube, hijos de la intemperie.
Las estrellas y Madre al lado
Hombres y mujeres de firme voluntad cubrieron
el abismo de la Tierra. Después,
sobre el agua, los espejos.
La utopía de Madre dibujada.
Del linaje fundadora.
Ella es un ángel que juega con los niños.
Trae del cielo barcos de papel anaranjado,
que echa a navegar por las auroras.
La lluvia ama los niños,
el poeta ama sus versos de sequía.
Ofrecen remolinos, ondinas, presagios.
Los niños beben la luz con los ojos abiertos,
y ciegos comprenden el fluir del río.
El agua s zambulle y juega.
Un hilo fluye del bosque alado.
Juguetes señalan otro mundo
donde el candil oculta
la huella de la serpiente herida.
Sombrean de sol
como la primera vez los platanales,
el viento habla de comarcas idas,
el pájaro canta en los ojos de un niño.
En barco de papel navega el corazón,
discurrir de hojas, cantos.
La voz del paisaje recorre el alma,
el ser mojado de las cosas,
la brisa larga y cantada del sueño.
Recoge el caer en tinajas de viento,
acaricia el verso fugaz,
agujas sobre el árbol de los pájaros.
Escribe un trueno, un relámpago.
Danza la música del río crecido,
sin partitura ni puente.
Todo fuego es puerto, página,
migración de voces.
Estación desnuda como aura,
la noche es su boleto y equipaje.
Nada más, ni siquiera la estrella.
Comentarios
Publicar un comentario