Carlos Mario Uribe
Llegó el día de descubrir el tiempo
de quitarnos la mirada
de nacer con la cabeza en su sitio.
Ivonne Gordon
El día se me escapa...
(siempre ha sido mi anhelo
retener algo de agua
en una coladera)
Catalina Bustamante
Los poetas nacen de noche
en la siembra de la lluvia
Sergio Antonio Chiappe
CARLOS MARIO URIBE
Manizales. Poeta. Gestor Cultural. Creador y director Fundación Cultural La nave de papel. Organizador Festival Internacional de Poesía de Manizales y Bienal colombiana de Poesía Visual y experimental. Organiza eventos culturales en Manizales y el país. Ha publicado: “El Pez Rojo”, 2019; “Derivas del cuerpo”, 2016; “Final del viaje”, 1999; “La expedición”, (cuento), IV Concurso Regional de Cuento: “Humberto Jaramillo Ángel”, 2009. Distinciones: Ganador Premio Nacional Poesía “Carlos Héctor Trejos”, Riosucio, 2003; ganador Premio Internacional “La Memoria de nuestros pueblos”, Bogotá, 2014; ganador Premio de Poesía “Cámara de Comercio”, Manizales, 1999; Premio Internacional “Eduardo Carranza” (finalista), Sopó, 2013; IV Concurso Ángel Ganivet (finalista), Países Bajos, 2010; Premio Casa de Poesía “Fernando Mejía” (finalista), Manizales, 1991. Publicado y participante en antologías, revistas nacionales e internacionales y encuentros y festivales nacionales e internacionales.
Invitado al Tercer Festival de Poesía de Neiva, celebrado en el año 2020 durante el confinamiento. Hizo parte del recital Encuentro de Encuentros.
*
ENCUENTRO DE ENCUENTROS
Lo que queda
El corazón lanza sus dentelladas.
Lo he visto beber y embriagarse de orgullo
encarnando el placer de la daga citadina.
También el corazón guarda su rosa
y ésta su misterio de pantano.
Solo sobrevive una mujer desnuda
que me ama, a la que yo deseo,
aunque nos separen
espirales de humo, el color del hierro
y los abrazos que hurtamos a la desesperanza.
Sobrevive la soledad
estrujada entre los objetos de mi cuarto,
una bujía que llamea
breves sombras en el rostro, en los rostros.
Soledad
Escucho en mi interior
leves crujidos
de hojas secas
muriendo en el bosque.
Lejanos gemidos
de aguas
hundiéndose en el cauce
de ríos profundos.
Y las palabras del amor
se instalan como una batalla
que no alcanza a derrotar
la inasible desesperanza
de la soledad.
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