Mario Trecek
“Los poemas no son de los que los escriben, sino de quienes los usan”
Pablo Neruda al cartero, en la película Il Postino, de M. Radford.
“No podemos fiarnos del futuro. El momento de la verdad es ahora. Y cada vez más, será la poesía, y no la prosa, la receptora de esta verdad”
John Berger
Bienvenido Mario Trecek a EL CLAROSCURO
Un gusto compartir tu voz poética.
Mario Trecek Argentina -Río Tercero Córdoba -1956- Poeta. Ex Secretario de Cultura y Educación de la ciudad de Río Tercero. Conductor de Cronopios LV26 Radio Río 3º. Libros: “Asumir Estatura” -poesía- 1983, “Implosión” Ed. Amaru 1995 -poesía- “De transparencias y rupturas” Edic. Del Boulevard 2001- poesía- “Crónicas de un Cronopios” Quo Vadis -prosa- 2010 “Pipo Pilas” -cuento infantil- 2016- “Hijos del Agua” El Mensú -poesía-2017 Plaqueta “Navegaciones” Narvaja Editora.
Cursó Letras Modernas UNC, Diplomado en Gestión Cultural Univ. B. Pascal. Colaborador de El Corredor Mediterráneo (Rio Cuarto, V. María, San Francisco, Río 3º) Hoy Día Córdoba, Revista Desterradox. 1er Premio del certamen del Círculo de Poetas y Escritores Iberoamericanos de Nueva York 1999 Univ. De Columbia. Premio Nac. Leopoldo Lugones de periodismo cultural. Feria del Libro Cba. Premio Publicación 2006 Luis De Tejeda, Seleccionado para la Antología Poesía Federal, del consejo Federal de Inversiones (2019) Premio Media Luna. “Ciudadano Destacado de la Cultura 2018” otorgado por primera vez por el Concejo Deliberante Ciudad de Río Tercero (2019) 2020 Publica en Revista Líderes Políticos de México, por intervención de la escritora Magda Bello, también ha sido seleccionado por la Editorial Escarabajo de Colombia, que en conjunto publica con la Editorial Abisinia de Bs As el libro Yo vengo a ofrecer mi poema - Antología de Resistencia- y en el Espacio Literario Berlín, que coordina el escritor José Luis Pizzi.
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Difamaciones
"La hondura del deseo no va
Con el secuestro del fruto" José Lezama Lima.
La piedra de la mentira es
meteorito de la insidia.
Rompe
imprudente el espejo.
Hace añicos la tersura del lago
dañando el ojo y la mirada.
Luego que los círculos concéntricos
chocan entre ellos, se implican,
se recupera la ternura,
la quietud, la calma.
Una inmensa lágrima
como caudal demorado
para uso del cielo
se inunda de angustia, de impotencia,
ante la emboscada.
Luego será una barca precaria
bañada por la luna, que ancla
sus oídos agradecidos
en conversaciones lejanas.
La piedra miente Magdalena.
Susurra, comenta, chismea.
Hasta los que te aman. Dudan.
Esconden sus manos.
Preguntan discretos. ¿Es cierto?
Si vos me lo decís, te creo. Dicen.
Creer no es crear.
Solo es ser fiel a un dogma.
Yo creo. Me aferro a la creación,
estatua de obsidiana, que no presta oídos
a la ceniza volcánica de las difamaciones.
Arrebol
El sol baja lentamente
Sus defensas
La brisa suave
Y mi pensamiento débil
La piel del lago se eriza
Como deseo leve
El espejo se hace mirada
El cerro párpado
El agua desconoce lo inefable
Aquello que se ama sin tocarlo.
Torniqueta
Algo tensa nuestros nervios
Algo del campo de los sentimientos
Estuvo en juego
No nos dejamos acorralar
No quisimos ser uno más
De la manada
Pusimos nuestros cuerpos
Pero no era alambre San Martín
Y quedaron vellones en las púas
De aquel atrevimiento.
Ningún paisaje por inefable que sea
Excluye tu presencia
Si estamos juntos
Abrazados, abrasados
Habrá incendio.
Que llueva
Las ramitas huyen / todavía con nido /Aclaman, ruegan / gesticulan. /Saben que cenizar / es desaparecer / y la buena madera / tiene buena memoria. / Saben que la vida / quema. / Las ramitas están que arden / y el agua no llega.
Cuarentena
Ghotam está tranquila, incuba un dolor
que se esparce por sus calles, desiertas,
inficionando la noche con sus días.
Muta la sonrisa, ya no hay de que.
Las lágrimas salen de sus ojos
son alcantarillas, bocas de tormento.
Alguien murmura angustia psíquica
calla, observa. Habla solo, de si, con nadie.
De nuevo una nerviosa carcajada.
No encuentra la salida, todo es celada, celda.
Una bolsa de papel madera estalla
Lleno de vacío
Como si dos manos ausentes
aplicaran su violencia.
El silencio, o el palabrerío, los especialistas
la insidia, la sospecha, la delación, es peste
que vuelve inútil todos los barbijos.
Hay Un Niño En La Playa
“Una salvarse solo. Arrojar ciegamente los otros de la balsa
Y el otro es un destino de salvarse con todos
Comprometer la vida hasta el último naufrago”
ATG
Mi bisabuelo Azar fue médico en Egipto
Y sabría de Hipócrates
De la isla de Kos, en el Egeo.
Lo que nunca sabría es que en Siria
La vida es mil y una noche imposible.
Galip y Rehana su madre
No llegaron a destino
Solo naufragó Aylan, y no estaba dormido.
“El hijo de alguien” titularon los diarios.
Ese niño de tres años hijo de Abdalah Kurdi
Ya no le contarán cuentos
Ya no tendrá lámparas ni Aladinos
Ni un hakawatti que le cuente historias
Ni un Omar generoso, que ofrezca
Monedas de oro, como recompensa
O un Alepo que le recite Kavafis
para que aprenda que Ítaca, solo es una promesa.
“Vuelve con tu padre, y que Al-lah te proteja”
Vuelve al agua niño pez, al vientre del mar
al pueblo natal, donde todo comienza.
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Muchas gracias poeta Mario Trecek, por su poesía en éste Claroscuro de láminas fosforescentes.
ResponderBorrarGracias.
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