La curvatura del tiempo

 



La curvatura del tiempo

La creencia popular dice que la existencia se asemeja a una rueda, y que su movimiento es la sumatoria de todos los instantes que la conforman. Ésta (la existencia), girará el tiempo que sea necesario hasta que cumpla su destino. 

Tanto un anciano como un bebé suelen tener comportamientos similares. El sol es protagonista tanto del alba como del ocaso. 

Tal vez el sentido de la vida sea volver andar lo andado, corregir los pasos, enderezar el camino. 

La curvatura del tiempo: habla sobre la temporalidad de la vida y la travesía del alma persiguiendo una esquiva luz, un inalcanzable y a la vez anhelado estado de pureza. 

Eso es lo que más o menos quise plasmar en los poemas que dan cuerpo a este libro.  


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Sobre el prólogo

La poeta argentina Doris Cirigliano escribió para La curvatura del tiempo un bello prólogo al cual llamó Percusión de la tierra. Aquí un breve fragmento: 

“Extrae las voces más oscuras del dolor y las desliza con su pluma en paisajes literarios. Leer a Sergio es aterrizar en la naturaleza misma. Breve y abismal travesía que pasa de un animal o árbol al inasible aire que nos sostiene en vientos y nos eleva a otros universos.”

María Dora Cirigliano 

Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina 

01 de agosto de 2021


Querida Doris es un gran honor abrir el libro y encontrar entre sus páginas tu voz y tu sentir. 


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Sobre La curvatura del tiempo

La curvatura del tiempo es un discurso poético que nos eleva sobre el plano terrenal para rozar la bóveda celeste con la musicalidad de los ángeles, con un mester de juglaría digno del bardo más sublime, trasladándonos a lugares oníricos que Sergio Antonio Chiappe ha coloreado con destreza, ritmo, elegancia y mimo: 


El poeta es un río

desbordándose en la hoja.


El río es el poeta

que cincela los paisajes del alma.


Su obra, rica en metáforas como céfiros, nos guía por la hojarasca del tiempo que nos queda: 


Las palabras como los pájaros

se saben libres en el aire

y en el vuelo.


Irrumpen en la vastedad del silencio,

llueven alma adentro agrietando el cuerpo

hasta soltarse.


Sergio mece nuestras emociones y nos invita a bucear en el envés de las cosas, estimula una necesaria reflexión sobre la máxima intensidad con la que experimentar cada momento de nuestra fugaz existencia:


Todo aflora y fallece

en horas exactas.


Héctor José Rodríguez Riverol

(Islas Canarias, España, 22/10/2021)


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Una flor que duerme sobre el agua


Hundo mi cara en tu regazo

para espantarme este miedo de seguir con vida

sin saber que esperar mañana.


Cierro mis ojos y te contemplo;

pareces una flor 

que duerme sobre el agua


me aferro a esa imagen 

como si fuera la última

que mis ojos vieran


me aferro a la suave luz que 

emerge 

de tu cuerpo oscuro


Agradecido 

desato tus alas

y me ofrezco de alimento.




El embrión de un universo colectivo


Pego mi oído a la tierra 

para escuchar el silencio de los que allí descansan


también oigo crecer las raíces de la hierba 

y el sol penetrando como un cuchillo.


Piso y siento en mis pies la humedad de los siglos,

los cientos de miles de ojos que han llorado


me arrodillo y escarbo 

tropezándome con huesos y escapularios


la semilla del sueño está demasiado profunda

y no logro alcanzarla. 


A pesar de todo 

doy gracias a esta tierra por arroparme en su vientre.


Despliego mis alas

que, aunque viejas aún sirven

para trazar círculos en el viento. 


La eternidad siempre gira en el mismo punto.




Antonio

Antonio era el nombre de mi abuelo,
es el nombre de mi padre
y el mío por herencia del espejo.

Afirman que soy poeta
porque veo dentro de las cosas.

En alguna ocasión una mujer dijo conocerme de otros tiempos:
tiempos en que fui siervo
y tiempos de lobo.

Nací bajo signo de fuego
pero le pertenezco al agua.

Soy Antonio el que añora hacer maletas y andar el mundo.

Afirman que soy poeta,
yo tan solo escribo lo que veo dentro de las cosas.

En alguna ocasión una mujer vio en mis ojos
el alma de la lluvia.

Nací bajo signo de fuego
pero le pertenezco al agua y canto sus silencios.





Paisaje afligido

Insanos,
impuros,
inútiles 

ningún dios apostará su 
eternidad por nosotros,
ninguna deidad oscura 
amamantará nuestra estirpe.

Bajo el rigor de un sol moribundo
entre los despojos y sombras
de esta casa deshabitada
merodearán los buitres. 





Entre los muertos

Los muertos nos abrazamos con añoranza
por aquellos días de tibios soles

entre nosotros nos cubrimos las espaldas 
por si los de afuera vienen con cuchillos

nos lavamos los rostros
y lloramos sobre las flores que nos dejan en la puerta. 

Algunos llaman Rocío a nuestras lágrimas.

Los muertos nos abrazamos con ternura
al escuchar nuestros nombres.





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La curvatura del tiempo
Sergio Antonio Chiappe Riaño 
Asociación Abra Canarias Cultural 
Colección Nuestra América 
Primera edición
Islas Canarias, 2021 


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Sergio Antonio Chiappe Riaño (Bogotá, Colombia, 1972). Tecnólogo Químico, Poeta y Gestor Cultural.

Tiene publicado: El árbol de los ahorcados (Rosa Blindada Ediciones, Cali, 2017), La persistencia de las lágrimas (La Sociedad Perdida, Pasto 2020) y La curvatura del tiempo (Abra Canarias Cultural, Islas Canarias, 2021)

Poemas suyos hacen parte de antologías publicadas en Colombia, España, Perú, Chile e Islas Canarias.
Coordinó el Tercer Festival de Poesía de Neiva, Colombia, 2020. Administra el blog de poesía El Claroscuro.


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Comentarios

  1. "Agradecido

    desato tus alas

    y me ofrezco de alimento."

    Sergio bellísima imagen de entrega y humildad. Te abrazo poetariamente.

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  2. Gracias querida Rosaura. Un abrazo fuerte poeta!

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