Marcela Sepúlveda Rueda

 

Si la prosa es una casa, la poesía es alguien en llamas corriendo a través de ella.

Anne Carson


Bienvenida Marcela a EL CLAROSCURO 

Gracias por aceptar mi invitación 




Marcela Sepúlveda Rueda


Bucaramanga, 1974. Literata de la universidad de Los Andes y magíster en escrituras creativas de la universidad Nacional de Colombia en la línea de poesía. Médica egresada de la Universidad Industrial de Santander, especialista en medicina del deporte de la universidad El Bosque. Inédita. Ganadora del premio nacional de poesía Álvaro Miranda en 2022 con el libro Educación sentimental. Mención de honor en el concurso de la Red de Talleres de Escritura RELATA, en la categoría de asistentes, género poesía, con el poema Sirenas de niebla.

Marcela Sepúlveda Rueda vive en función de la poesía. La creación y la apreciación artística está y ha estado presente en todos los momentos de su vida. Ama por sobre todo el lenguaje y los animales, y los dolores y las pérdidas son los principales acicates de su escritura. La poesía es, en resumen, su vida toda. Sus poemas tienen un tono sobrio y reflexivo, aunque algunas veces se permite el desgarre y el llanto cursi. Está convencida de que la poesía, como todas las manifestaciones artísticas, debe estar atravesada por la denuncia social y la queja de lo que como conglomerado humano nos destruye. En esa medida, por supuesto que cree en la responsabilidad del artista en torno a la reflexión constante sobre lo que como humanidad nos apresura a llegar a instancias de no retorno a todo nivel. Considera que el poeta debe nutrirse de las relaciones y diálogos con las demás artes y creadores y le encanta aprovechar las lecturas de poesía para estrechar las relaciones con quienes están de alguna manera en este ámbito. De igual forma, los espacios como los talleres de creación han jugado un papel fundamental en su proceso, dada la comunión que suponen con otros estilos, personalidades y visiones de mundo y la fraternidad que surge de ellos. En esa medida, las redes virtuales han ayudado tanto a conocer nuevos autores, como a darse a conocer. Son herramientas que deben ser aprovechadas básicamente para la difusión del material creativo y para enterarse de eventos y concursos a todo nivel. Recomienda leer todos los géneros y a poetas como Anne Carson, Jericho Brown, Tania Ganitsky, Eliana Hernández, Johanna Barraza, Anne Sexton, José Manuel Arango, José Watanabe, Piedad Bonnett, María Paz Guerrero y Vicente Huidobro. 


***


Sirenas de niebla


Un sonido doloroso 

ampara a los barcos

 

Los orienta

cuando la niebla es densa


Un corno triste

o algo más grave

que recuerda a un animal manso

de garganta abollada


como una madre enferma


Un código primitivo

convoca y aleja


Alguien esperando a alguien

que no vuelve más





Terapia de ocupación 2

Para pintar hay que entender la luz
Hopper relampaguea
en mi cabeza
inacabable

Las mujeres bajan la mirada
Nubes oscuras y apretadas
a la espera de un trueno que las rasgue
sobre campos desiertos
sobre una casa de muñecas




EL PRIMER temblor
de un ave desvalida
remueve el velo negro
me recuerda
que soy hija
de mí misma



Hola, papá

1.

Hoy fui a comprar vísceras
y me acordé de ti

¿Qué va a llevar?
¿Hígado?

Muy pesado
y la bilis está regada.

Tomo en mis manos un corazón
lo abro
pura pared adelgazada
cuatro grandes cavidades
mamá y los tres hijos.


2.

Corteza y nada más
roble carcomido
por sus propias plagas

Los árboles del patio están mudando sus hojas
y deberías venir a barrer
y a decirle a mamá que le debes una vida
o una disculpa al menos
o un gracias cincelado aquí
en mi clavícula
nunca más
adentro



Julia

Mi madre supo silenciar las carencias
Se aseguró de acallar sus errores y los nuestros
de alivianar el peso de nuestra guarnición de pobres
soportó tres libertades
tres esquejes cortados de su alma



***

                    Marcela Sepúlveda Rueda, Cierre Festival Ojo en la Tinta 2022, Galería 419



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Winston Morales Chavarro

Pedro Yohandris Giraldo Sánchez

Angélica Vargas