Sebastián Barbosa Montenegro

 

Por eso me volví poeta

porque pasa lento el tiempo en la soledad.

¿No es apenas un peligroso instante

lo que sostiene nuestra cordura?

¿No depende la locura

de nuestra única, frágil cuerda?

Martha Kornblith


             Señor:
             ¿qué llevan en sus bolsillos
              traseros
              los muchachos?
Fernando Molano Vargas

Las amarguras serían pasajeras
si en lugar del corazón
fuera otro órgano menos quejumbroso 
el depositario de las desventuras
         Sergio Antonio Chiappe Riaño 


Bienvenido Sebastián Barbosa Montenegro a EL CLAROSCURO 
Gracias por aceptar mi invitación 




Sebastián Barbosa Montenegro cursó estudios de filosofía y letras en la Universidad de la Salle, Colombia. También de licenciatura en filosofía de la Universidad Pedagógica Nacional. 
Aparece en diversas antologías nacionales e internacionales. Su primer libro se titula Este no es tiempo de fervor (2019) por el Taller Blanco Ediciones. Ha publicado en revistas y suplementos culturales universitarios. 
Se ha dedicado a la gestión cultural y la escritura creativa. Es cofundador del programa cultural Poetas en vela. Es uno de los ganadores del Premio Nacional de Poesía Inédita de la ciudad de Cali (2023).  

**

¿Quién es Sebastián Barbosa Montenegro? 

Me gusta que incluyas el apellido materno porque tienden a evitarlo, como si yo no tuviera madre. Y yo soy ante todo un hijo de mi madre. Pero realmente no sé bien quién soy ¿quién en su sano juicio lo sabe? Puedo decirte que siempre me he sentido un tanto díscolo: si me dicen sí yo digo no, si me dicen no yo digo un sí que parezca una risotada. Probablemente sea nada, ¿un sueño? ¿una farsa? Y no es que yo sea muy particular, es que es verosímil que todxs seamos eso: un sueño o un fantasma, como en Las tres coronas del Marinero de Raúl Ruíz, quizá estamos naufragando y no lo sospechamos, quizá vamos de un lugar a otro, de una memoria a otra en una lógica laberíntica sin que, siquiera dudemos que podemos ser al mismo tiempo el minotauro (la víctima), el héroe (o el asesino) o Ariadna (el deseo que desenmaraña hasta un nudo gordiano). De modo que tendría que decirte como Pita Amor que soy tumultuoso o frío y que, me quiebro fácilmente, pero cabalmente soy una persona de lo más común: me gusta el cigarro, los muchachos y la poesía.  Durante mucho tiempo tuve vergüenza de decir que era poeta, me costó mucho más decir que soy poeta que decir que soy marica. Pero soy un poeta hijo de mi época, nada que hacer. Tampoco soy un marica disfrazado de poeta. Como muchxs otros bogotanos tomo una ruta fácil de TM, llego a casa tiznado de hollín y tristeza, desprendo mi máscara de botella rota y lloro amargamente una vida trabajada. No soy absolutamente feliz pero tampoco soy absolutamente desdichado: busco la armonía  y el caos con la misma premura. No me levanto en las mañanas con el pie derecho… No soy una cabeza que rueda camino a una oficina, no soy una tristeza andante, quizá estoy en la carcajada de mis amigos. No soy nada, como diría Pessoa, pero tengo en mí todos los sueños del mundo. 

**

¿Qué has encontrado en la poesía? 

Una casa que puedo habitar ingenuamente, también un modo de conjurar a la muerte, pero sobre todo un modo de borrarse así mismo, así se diga con descaro YO. No es que uno encuentre la poesía sino que es encontrado por ella. ¡Y en qué condiciones nos encuentra! Haber sido encontrado por la poesía tiene sus peligros, pero hay que acostumbrarse a sus cuchillos, como diría Jattin. Como todas las otras experiencias libertarias, la poesía no se salva del apremiante peligro de caer en un agujero negro. Lo cierto es que nunca volvemos a ser los mismos, cuando en una buena hora la poesía nos encuentra.  Mis amigos me dicen que escriba poemas felices, no sé si pueda, la poesía es un encuentro con lo terriblemente humano. Desde la antigüedad la poesía relató las desgracias como un modo de conjurarlas, como un modo de ser acompañado en lo terrible y solitario, como un modo de memoria para no repetir, aun cuando nuestras desgracias sean siempre las mismas, en una repetición incansable. Habrá otras apuestas, pero ahora mismo no me interesan. El cuento de la felicidad también ha sido atrapado por el neoliberalismo y nos pintan a fuerza una sonrisa en el rostro so pena de no encajar en un mundo de felices. La poesía también puede ser esa manera de abrazar y habitar la tristeza como un afecto que nos potencie a actuar, porque ahora si no somos felices entonces estamos inmóviles. Creo en la poesía como una presencia palpable –como el que se encuentra con un amigo casualmente y se sientan a beber, lloran, gorjean, y cantan– esto no siempre pasa, por eso contadas veces somos visitados por su influjo. Encontrarse con la poesía es encontrar una presencia que frecuentamos. Encontré en la poesía un oráculo: responde a las preguntas que nunca formulé, más aún, me hace las preguntas más transversales, definitorias, si se quiere, encontré en ella la más colateral premonición. 

**

La poesía en las aulas ¿Cómo incentivar el gusto por ella? 

No debería ser difícil hacerlo ¿sabes? El poeta afortunado ve el mundo con los ojos de la infancia y desde la infancia todo es fácilmente una sospecha poética, el verdadero reto no es enseñar esa sensibilidad sino desaprender lo que ha sido impartido, conforme vamos creciendo nos van cortando las alas, encuadernando nuestra imaginación y mutilando nuestra sensibilidad. Hay unos que se creen los críticos del siglo y van señalando con el dedo: este es poeta, este no es poeta, esa es la buena poesía, la poesía está en decadencia: que ridículos… El modo en que incentivo la poesía a mis estudiantes es bajo la premisa de que se puede escribir lo que quieran, bajo la idea de que el poema nunca está terminado, nuestros talleres creativos parecen un taller de ebanista, mucho aserrín, polvo, papeles regados, ideas sueltas, gritos, risas, llanto, hasta que algo se concreta. Una de las estudiantes que no tiene más de 10 años escribió en uno de los talleres: ¿Qué es el cielo? El cielo es todo cuanto veo cuando me acuesto sobre la hierba. Parece sencillo, pero es una de las muchas versiones que tenía el poema. Creo que el principal modo de incentivar esa sensibilidad poética es por medio del ensayo y el error. Como el que trabaja con arcilla, en principio la idea poética es una roca sedimentaria que va aflojando en tanto la vamos haciendo más impura con nuestras manos, si se trata de un ejercicio, hay que ejercitar los dedos…También, bajo la idea de que la lectura y la escritura no es solo papel sino la lectura de su realidad inmediata y el relato que puedan hacer diariamente de su quehacer cotidiano y su historia familiar. De modo que no es muy difícil, tienen mucho que contar, aun cuando les han dicho que no pueden, que deben sacar de una vez el poema que reinvente el lenguaje si es que quieren escribir, que deben ser absolutamente originales, nada de eso, a escribir no se enseña pero sí se pueden propiciar entornos educativos que favorezcan el proceso de lecto-escritura como un fenómeno extenso que los incluya vitalmente.

**

La poesía en silencio, susurrada o en voz alta

Hace poco una lectora mexicana me dijo que mis poemas podían ser gritos que se leen como susurros, todavía no me las creo, porque justamente eso prefiero: un grito que pueda ser susurro, accesible para todxs, como el vaso de agua para un caminante fatigado y sediento. 



***

LOS PÁJAROS DEL CUARTEL

 
Algo se refleja en los muros de la casa,

es el lugar de las apariciones

la casa de las moscas

no es difícil encontrarlo entre las ruinas

está ahí en el filo de la noche,

tranquilo náufrago de tarde remotas

estatua de sal

eterno hombre de sueño.

Cuando levantes los muros de tu exilio

y clausuren de una vez por todas la casa,

no mires atrás.

No temas que la noche nos vigila

con sus palabras de agua.

No intentes decir ni una palabra,

mira la bandera y recuerda:

son los colores

de quienes te han olvidado

y persiguen para que seas un asesino.

No mires los pájaros del cuartel 

no pienses en sus ojos panópticos

no sueñes con sus curvados picos

entre nuestros pliegues,

amor.

No te cortes las venas

reúnete con los pirómanos

que cercan la ciudad,

encuéntrame todo humo

detrás de un poste maldiciendo

quémalo todo

y déjame,

después.




INTENCIÓN DE ORFEBRERÍA

Las piernas ancladas en la profundidad del mar

en los ojos un santo y seña de haberse perdido

sin remedio.

Una intención de orfebrería

unas palabras de fuego en las manos.

Una despedida. Una renuncia.

En el corazón: una derrota.





VERTICALES Y BESTIALES

Si en el oficio de vivir solo fuimos
verticales y bestiales

Si desnudos vagamos por la ciudad incendiada
expuestos, vilipendiados hacia la hoguera
pero sonriendo.

Si vagamos los suficientes moteles
y no importaron las despedidas.
Entonces
mentira: no hubo nunca nada sagrado.

Profesamos nuestro amor
y nos amamos
como el que odia. 



CORAZÓN DE LATA

Sin tribu, ni amigos
ya para que desdeño el propio exilio 
al que he confinado mi corazón de lata
Y engranajes.

El último habitante 
de una región de nubes rojas;
tengo veinte años atravesados en la garganta
tengo veinte años adentro y no piden clemencia.

Amargamente una plegaria 
y, sin embargo, saludar
desear los buenos días
comprar cigarros y repartirlos
coleccionar insectos en los bolsillos 
y repartirlos 
(a cualquier señora sonrojada)
decir: este es el bosque,
esta la sangre
pero no hay ningún camino
quedarse sin piso ni brújula.

Atizar mi rabo de paja en la candela
ahogar mi boca de río en el fondo del mar
desgajar mis piernas de barro
con un grito confundido.




***









Comentarios

Entradas más populares de este blog

Winston Morales Chavarro

Pedro Yohandris Giraldo Sánchez

Angélica Vargas