Eduardo Magoo Nico

 

La poesía debe ser hecha por todos, no por uno solo 

Los cantos del Maldoror. 

Isidore Lucien Ducasse. Conde de Lautréamont.


La poesía es una forma única de nombrar la realidad, 

una manera de ser libre, 

ya que nos da la posibilidad de inventar otros mundos 

                                       Carolina Cárdenas Jiménez 


Las palabras son heridas de luz

se hunden en la carne 

hasta encontrar el primer dolor 

y darle nombre. 

          Sergio Antonio Chiappe


Bienvenido Eduardo Magoo Nico a EL CLAROSCURO 

Gracias por aceptar mi invitación



Eduardo Alberto Nico (Eduardo Magoo Nico es su firma de autor) nació el 22 de marzo de 1956 en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Publicó en Argentina su primer libro de poemas, “La Polaca” (Ediciones Cronopio Azul, 1995), el relato “Resurrección” en el diario Perfil (Buenos Aires, 6/1/2008) y el libro de poemas “Puros por Cruza” (Editorial El fin de la noche, 2011). Víctima de la crisis económica que en el 2001 asola a la Argentina, se traslada a Trieste, Italia, donde reside hasta la actualidad. En Italia ha publicado la fotonovela “Escuela de Sirenas” en el suplemento semanal del diario Il Manifesto (Alias, 9.02.2002). En el 2012 es convocado por el Museo Nacional y Centro de Arte Reina Sofía de Madrid para la muestra colectiva “Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina” curada por Ana Longoni (25 de octubre de 2012 - 11 de marzo de 2013) cuyo catálogo incluye (pág. 69 a 72) una entrevista a Eduardo Magoo Nico realizada en Trieste por Ana Longoni y Jaime Vindel. Ha editado recientemente el poemario “Servidumbres” (La Cartonera Edizioni, Roma, 2023), y “Treinta y seis grados” (La Cartonera Edizioni, Roma, 2024).



¿Quién es Eduardo Magoo Nico?

Uno que crea y recrea belleza con gran esfuerzo desde su modesto imaginario, utilizando el arte poética. Y que no puede ni quiere (hasta nueva orden) dejar de hacerlo.


*

¿Qué ha hecho por ti la poesía? 

Me ha salvado la vida y ha evitado que me vuelva loco.


*

¿Cómo es tu voz poética? 

No lo sé. Hay diferentes versiones, todas tienen que ver con lo que hago, pero la suma de los factores no da el producto. Son como los diferentes cortes que perfilan un diamante, pero su luz proviene de otro lado. En estos veinticinco años de exilio, he trabajado como un cretino (incluso de noche) para sobrevivir, y criado a una hija en buena parte solo, pues su madre falleció cuando tenía apenas diez años. De manera que cada uno de mis poemas (o al menos muchos de ellos) podría haber sido el fundador, o el primero de la fila, de uno de esos libros manantial, que corren en el cauce de su propia poética, a la manera de Juan L. Ortiz. Yo nunca he podido trabajar de ese modo, por falta de tiempo. De manera que lo mío, salvo raras excepciones, ha sido trabajar, reelaborar, y remendar fragmentos, retazos, como en un patchwork, y en él (como mis abuelos maternos, que eran bordadores) inserir perlitas. Yo, como digo en algún poema, soy sobre todas las cosas, un bordador de perlas.


*

¿Por qué recomendar a la gente que lean y busquen poesía?

La belleza está allí, para goce y disfrute de la humanidad, que la concibe y contempla. La poesía, es una pequeña puerta que se abre hacia ella, en todas las artes humanas (es decir, en todo lo que el hombre "hace" en pensamiento u obra). En un sentido estricto, es tal vez, “el camino más alto y más difícil”. Nos salva hundiéndonos (en el marasmo interior de cada uno, que es el de la humanidad de nuestro tiempo) y nos enseña a respirar hasta debajo del agua.  Y, finalmente, nos ayuda a entender que la vida es maravillosa y merece la pena jugarse por defenderla, y vivir.





Treinta y seis grados 
(selección de poemas)


Un perro de la calle 

A veces pienso 
Es tan feo no ser nadie a secas...
Es mejor estar mojado
Un iceberg a la deriva 
Agua flotando sobre el agua 
Al menos, ninguna nave se irá a pique con mi genio

¿Ser alguien y escribir para nadie?
No hay méritos morales, o intelectuales
Que lo justifiquen...
Aunque desde un cierto punto de vista 
Todos nuestros actos son injustos 
Yo me pregunto, qué hay en ese alguien...
Y si ese "alguien" soy yo

Me sobrevenían ganas de reír y de llorar
Y sin embargo
Vos te permitías preguntarme 
¿Por qué tanta poesía de amor? 
¿Y de dónde éste modo tierno
Te viene a la boca y a los labios?

Mi guía no ha sido otra 
Que una muchacha transparente...
Si ella toca una melodía 
Yo examino sus párpados 
Que se abren o se cierran

Surgen entonces 
Nuevos (imperiosos) deberes 
Cuando sus cabellos se desordenan
O caen sobre la frente...
Hay en ese gesto suficiente savia
Para escribir diversas gestas

Es noble morir de amor
Y honorable permanecer sincero
Aunque yo no lo recomiende...
El amor es un malentendido
¿Intentos de proteger al otro?
El daño es fatalmente parte 
Somos seres imperfectos
Tratando imperiosamente de alcanzar 
Ese momento
Que solemos llamar 
"Felicidad"

Habrá tres libros 
Tal vez cuatro 
(De mis varios intentos pusilánimes)
En mis exequias 
Que yo llevaré en ofrenda a Perséfone 
Seguido de una pequeña procesión grotesca...

Bocas que muerden el vacío 
Y algún perro de la calle 
Que con gesto adusto 
Juzgará muy seriamente 
Lo que entre bromas murmuran los impíos...

-¿Y a este cuadrúpedo deberíamos llamarlo Sirio, o Can Cer-
    bero?




Hubo una hora de sol 

La niebla ahora quiere separarse del espejo 
Y yo la veo fluir impertérrito 
Hubo un tiempo de mujeres y de hombres 
Y un enorme alzamiento que hizo temblar la tierra...
Así tal vez, todo debiera ser arrasado nuevamente 
Para poder encontrarte a solas

Hubo una hora de sol 
Que ya se ha ido
Un rayo de luz 
En un cielo del Greco
Y vos
Una "Perséfone Ferrarese"
Te apareciste por allí 
Como Juancho por su casa

Hubo una hora de sol 
Donde todo aquello sucedió 
Sin casi haber sucedido 
En una tierra 
Que nos fue concedida para construir
Los cimientos de una amistad exquisita 

Una vez estuvimos juntos 
Y un pajarillo cantó desde temprano
Anunciándonos las horas 
Yo pensé que el emplumado era Mercurio
Mientras vos sonriendo, te atrevías a llamarme Zeus...
(Haberse visto mayor falta de respeto
Habrían comentado mis mayores)

Compartimos un momento...
Esa ha sido nuestra paga
El tiempo lo ha visto 
En el tiempo sucedió 
Y no éramos más que cuatro ojos 
Oscuros 
Que se observan 
Midiéndose desconfiados 

Entonces mi osamenta maltratada 
Y sufriente 
Apenas lograba mantenerse en pie 
(A fuerza de pastillas) 
Y vos mordiéndote aún las heridas
De una reciente batalla
Te decías frágil de una fragilidad 
Que yo no comprendí
(Y sobre la cual no quise hacer demasiadas preguntas) 

Yo sentía en tu timidez una tremenda fortaleza 
Que enarbolabas con estudiada soberbia 
Para cerrarte como un erizo 
A todo acercamiento verdadero 
Intelectual
Amoroso 
Y por su propia (noble) ley 
Imposible 

Por un tiempo 
(Que no fue todo el tiempo)
Me aferré como a un palenque 
A tu deseo casi maníaco de sentirte admirada 
"La mujer más deseada del mundo" 
Y de gozar tu desenvoltura 

No dejó de maravillarme 
Lo bien que estábamos juntos 
La osadía siempre desafiante de nuestros amplexos 
El saber que contigo no habría mengua 
Que podíamos seguir amándonos 
Por el resto del tiempo que nos resta 

Finalmente, se mostró sobre una antena 
El pájaro cantor 
Vimos en el río un pescador
Que midió con un palmo 
Su Cristo recién arrancado del agua...
Nos prometimos entonces 
Compartir infinitas excursiones 
Y mirar el cielo azul 
Hasta inundarnos los ojos 

Declaré solemnemente 
(Con mi habitual ironía)
Que yo no deseaba otra cosa 
Que vivir de la caza y de la pesca
Que esa era 
De momento
Mi mayor ambición...
Que desde niño fui cazador 
Que aprendí en el campo a observar los pastos 
A seguir los rastros, a hacer de cualquier cosa un arma 
A encender el fuego, a devorar la presa...

El tiempo por caprichoso 
Suele ir hacia adelante 
Pero muchas veces, va para atrás
Se enrosca y retrocede como una serpiente 
Que luego de haberse lanzado 
(Con o sin suceso) 
Logra trazar un meridiano en la tierra 

La primera prueba 
De un aún no definido 
Número de pruebas a superar
Ya se ha cumplido 
(Mal)
Según tu juicio implacable 
Muy mal
Pésimamente
Reprobado por plebeyo 
Y por grosero machirulo y trosko 
(La peor de todas las ofensas) 

Quien así razona
No puede no estar loco...
(No fui yo quien se lo dijo) 
Me lo estuvo diciendo Erasmo 
En su librito, en estos días 
Y ya me ha casi convencido...

¿Sin la benignidad de la locura 
Y del amoroso abandono 
A qué momento feliz 
A cuál miserable apaciguamiento 
Podremos todavía aspirar 
En estos cuatro días 
(Locos) 
Que nos quedan por vivir?     



El pulpo, a la gallega

La infelicidad es sin dudas 
Una enfermedad contagiosa 
Los infelices y los pobres 
Deberían apartarse los unos de los otros 
Para evitar mayores sufrimientos 

La móvil figura se dejará ver 
Tan solo en el mundo que vendrá
Después de ella
Una verdadera rebelión de la ligereza 
(Contra la ley)
Asolará el mundo 

Rebelión vana 
Pero divina 
Cadenas que se convierten 
En doradas filigranas 
Redes múltiples finamente tramadas 
En una misma sed 
(En ellas se sustenta 
La vida de los elegidos...) 

Eros es una esmaltada cobertura de Ananque 
Una faja coloreada como la Vía Láctea 
Su perfecta miniatura: 
La ternura 
El deseo 
Las palabras susurrantes...
No queremos solo una vida sin fin 
Queremos una vida serena e infantil 
Despreocupada...

Mi locura pánica
Surgió en la plena luz del mediodía 
A partir de entonces 
Nuestros amores 
(Nacidos como juegos pueriles) 
Estuvieron enmarcados 
Por un segundo bautismo de sangre 
Y morirían sofocados por la misma 
(Falsa) 
Corona nupcial 
(Los poderosos ven desde lo alto las refriegas 
Y los enfrentamientos
Como un espectáculo digno de dioses verdaderos...)

Anduve a la deriva estos años 
Pidiendo tiempo
Reservándolo para dibujar mi nueva orquídea 
Con sus magníficos ocho pétalos tentaculares...
Y su perfecta miniatura:
La ternura, 
El deseo
Las palabras susurrantes...

Aún sigo trabajando en el proyecto 
Pero son ahora los tentáculos 
(Que han adquirido vida propia) 
Los que culminan con precisión obsesiva 
Los infinitos particulares

Llueve sin ruido
Sobre las pasturas del mar...
Veo las gotas perforar el agua 
Como impotentes disparos
Que intentan alcanzarme 

Visto desde aquí 
(Desde mi taburete)
Pareciera un pueblo sumergido el nuestro...
(Arrastrado por oscuras y turbulentas aguas subterráneas 
Hacia un definitivo extrañamiento)
Yo ya no quiero una tierra sembrada de muertos 
Sino el vivo crepúsculo 
De una mañana interminable

También en mí hay algo 
Que susurra, goza y sangra 
Es esta nueva flor que está naciendo 
La que trae a mi recuerdo 
Como en un parto 
Los días inquietos de la juventud 

Una última pregunta abre mis labios 
Que se cubren de burbujas...
¿Quisieras, tal vez, amarme una vez más?




No hay vida 

No, no hay vida en esta vida pibe
No hay novella
Algunos ruidos extraños que ya escucharás
Y lo demás es puro cuento
Un carrito de rulemanes en una ruta de aceite...
Mi alma está lubricada 
Es la lubricidad misma 

Erguido y aterrado 
Por alguna razón 
Mi cuerpo
Hoy se siente angélico...

Cúpulas invertidas 
Con vetas negras
En un cielo rosa Tiepolo 
El chispazo en un instante 
De dos patos en un charco

Cuando la naturaleza se incorpora 
Y el hombre se hace estaca 
Hasta el más leve pestañeo 
En la mirada de una vaca 
Puede destruirlo todo 

Pero entonces creía saber algo de ese todo
Y lo sabía en el momento
En que, acabando de romperse 
Ya no sabía nada 

*

Los invito a escuchar la voz del poeta Eduardo Magoo Nico en el siguiente enlace











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