Giovanny Rubio Mera (Pochi)

 

De tal manera está unido todo en el universo, que es imposible arrancar el pétalo de una rosa… sin que se estremezca una estrella

(Paráfrasis de una cita atribuida a Galileo)


Un día dejaré de escribir, 

mis manos se habrán cansado 

de mirar el bosque, de escuchar en el follaje esa promesa 

que hacía volar a los pájaros.

Harold Alva


Me va a gustar este lugar, 

el viento roza las espigas con sus guantes blancos 

                                        Sergio Antonio Chiappe 


Bienvenido Giovanny Rubio a EL CLAROSCURO 

Gracias por aceptar mi invitación 



Giovanny Mauricio Rubio Mera / Ambato - Ecuador.

Escritor, gestor y productor cultural por más de veinticinco años. Ganador de varios premios y menciones a nivel nacional. Director General del Proyecto Internacional RUTA POÉTICA ECUADOR. Poeta invitado al séptimo encuentro Poético del Sur (Colombia), Participante en el VI concierto internacional de versos y pinceles ecológicos (Colombia). Poeta Invitado al encuentro internacional de Poesía Vuelven los Comuneros (Colombia) Participante en el Primer y Segundo Festival Internacional LA POESÍA SE ELEVA (Perú). 

OBRAS PUBLICADAS: Don Serafín, el gato, yo y los otros (Cuentos), El Punto Muerto (Poesía), Sin vela en este entierro (Cuento y poesía), Káliz Eskarlatinta (Poesía), Memorias del Caos (Poesía), El último reino y otros cuentos en verde esperanza (Cuentos) y La Fantasía del Triunfo (Poesía). Escritos varios en revistas y periódicos del Ecuador.


*


¿Quién es Giovanny Rubio Mera? 

Literalmente es el Pochi, uno más de los cerca de 8.200 millones de almas de este sistema terráqueo. Al decir mi seudónimo y no mi nombre de pila, me desligo en forma total de conceptos como: sangre, genes, origen, nación, país y me convierto en uno más. Para que cargar el peso de ser de aquí o de allá, de tener tales o cuales ancestros, de vivir en este u otro horizonte. Soy un accidente que valora cada hueso, cada arteria, cada pedazo de piel… al igual que pone en valor cada palabra, cada abrazo y a cada ser que se cruza en su camino. Este cuento que lo hago desde el monólogo interior es tan solo para, aproximarse al hombre, digamos a su superficialidad, ya que en mis componentes también cargo dolor y violencia, sufrimiento y lucha diaria, sueños y jolgorios. Sería más fácil haber empezado diciendo… soy un escritor ecuatoriano. tengo tantos años, he publicado tales libros… pero eso restaría mérito a mi manual de humanidad.  


*

 ¿Qué te hace sentir la poesía? 

Hay un lugar en el cuerpo que se inflama al leer poesía; no logro aun identificar dónde exactamente se aloja, es más, estoy seguro que migra por los distintos órganos que me sostienen vivo. Hay un lugar en ese algo que llaman alma, que tampoco alcanzo a saber bien dónde está e igual explota allanando huracanes y oasis… y existe el cerebro al que le corresponde desestructurar un escrito para ubicar en el alma y en el cuerpo, esa explosión primaria de emociones que te agotan hasta la risa o el llanto. Eso me hace sentir la poesía.

*

¿Con qué palabra te identificas? 

Memoria… como depositaria de los sucesos, los afectos y la historia. Memoria como forma de identidad, vínculo con la tierra y archivo de los afectos. “Como dice la lengua intoxicada de licor; la memoria es la luz de las galaxias”

*

¿Para qué la poesía?

La lectura de poesía constituye un ritual íntimo que rompe lo cotidiano, genera sistemas de comunicación que desbordan nuestra sensibilidad hasta casi aniquilarla. La realidad adquiere entonces una dimensión inédita e inquietante, creando una experiencia que desarrolla nuevas lecturas estéticas al intentar sacar de su comodidad al escritor y la palabra. ¿Para que la poesía? Para no perder el sendero de regreso.

*

¿Qué proyectos viene en camino para Giovanny Rubio?

El 2025 voy a caminar hasta Chile, pasando por Perú, es decir haré un viaje al filo del Pacífico hasta Coñaripe; esto para realizar algunos recitales y promocionar el último libro la Fantasía del triunfo. Abriré un espacio artístico en mi pueblo que se llamará Puerto Cultura. Viene en camino la Quinta edición de la Ruta Poética Ecuador. Y publicaré uno o dos de mis trabajos inéditos. (Novelas)




MI PAIS ES UN CANTO A LA NOSTALGIA

Equinoccial forma de vivirnos
hamacados en las aguas del pacífico,
atravesados por la línea media
que canta al sol en primavera…
Asfixiados entre dos hemisferios,
dos padres… dos dioses…
dos historias y un par 
de canciones plañideras.

Mi país es un canto a la nostalgia,
con cuatro regiones que se unen
 cuando el balón rueda
y se separan después del pitazo
de una cómica figura negra…
“¡Si se puede!” es el himno que humilla
hasta a La Marseillaise.
Mi país es una mano que estira Kigman 
para pedir limosna en las iglesias
es Jota Jota enamorando a la guitarra
que esconde una canción morena.
Es el viento besando senos
blancos, nieves eternas…
Es Darwin preparando una teoría
contra la iglesia, al mirar una tortuga
solitaria… con nombre de gringo
y cara de vieja.

Mi país es un país de sapos,
que aplauden por igual
un dedo flaco, una espada, 
un león hambriento… un loco cuerdo
o un milico sin gota de cerebro…
¡Mi país es mi país carajo!
Marchando en eterna cruzada
contra los recuerdos.



CAOS
      
      I

Soy Juan.
Heredero de antigua prosapia
que emerge emponzoñada,
por mis venas galopa sangre
de mendigos, de santos y de putas:
mi linaje mezcla reyes y bufones.
Mis genes maceran la hiel del universo.
Cargo en el desnudo espinazo
la herencia de una antigua estirpe
que debe de un tajo ciego 
ser extirpada.

     II

Se hizo la mañana.
El hombre lame 
con lisérgica lengua
el puñal que lo ha de emancipar.

abraza el desconcierto
y con artríticos dedos
pule la plata que está destinada
a acabar al Creador.

Soga de sucesos
cotidianos que encadena 
su locura, odia a su padre
como este abominó al suyo 
en su apocalipsis.
Vive un torbellino de retorno rojo
que lo ha de llevar a su bisabuelo,
a su tátara… hacia un pasado mugre 
que se detendrá en Adán… 
el primero que
debió afilar la daga 
para no abandonar el paraíso.

     III

El hombre penetra su corazón
sabe que este acto 
es una advertencia sangrienta
al Creador.
Absolutamente Juan;
su música llenaba
de dolor magenta, la tarde 
gris de solitarios portales.




ECCE HOMO

Mis lágrimas traen 
el peso del collado,
de la hembra 
que es piel en la cañada.
Mi dolor
es aceite para ungidos,
aguardiente para locos,
café para proxenetas.

Mi dermis es sudario 
de cortesanas,
comida para cerdos,
papel para trovadores.
Es materia mugre
con que cubrirán tambores,
empacarán quimeras
retocarán leprosos… 

…Mi sexo es un puente del que
saltarán suicidas,
cruzarán procesiones,
amanecerán guerras.

Mi palabra
es un bocado de furia
para calmar el hambre 
del siglo,
un gemido que se escapa
de los muertos,
un guiño sifilítico
que arrastra una niña violentada.

Mi corazón
es la empuñadura de la hoja
que ha de degollar al mundo
con precisión del matarife.

Soy Juan, hijo de Juan padre.
Traigo genes de Caín entre los huesos. 



REQUIEM MÍNIMO

Mi boca será silenciada con la puntada 
desigual de la memoria… la pluma descansará su vuelo. 
No pienso garabatear rotos signos que hablen de ella.
Mucha tinta ha corrido bajo la huidiza ala de su vestido.

Me detengo triste. Comparto la noticia de monedas oxidadas
y semillas transgénicas, de pájaros que se estrellan contra 
los semáforos que brillan en verde,
del pago con sal negra que me han dado como indemnización 
a diez años de desgastar zapatos. Arrastro la negación al crédito 
en la tienda del “vecino”, como crónica de luz intermitente
que se disipa enredada en los giros de la última tormenta… 
triste te comparto historias acerca del despilfarro del amor.

Para qué gastar letras cuando cargo la urgencia del mendigo,
que me sacó a punta de malas palabras 
de la vereda que le corresponde en la ciudad. 
He caído tantas veces que no tengo huesos enteros 
en el cuerpo, todos son escarpias blancas 
que se incrustan en anémicos órganos.

Me arrastro por la avenida aventando el tiempo con los puños, 
cosechando con la tarde avemarías…
salto los escalones de la miseria para subirme a una raída cuerda, 
en donde acomodados en rondador 
se mecen al viento carcomidos uniformes escolares. 
Desde la profesión de equilibrista puedo ver la iglesia; 
y al mendigo que es rey de su vereda… 
la huella del caminar de quien no pienso nombrar 
y que tarareaba a su paso oscuros sueños cenicientos. 
Ahora el mendigo duerme acurrucado con el vuelo de palomas. 
Ella siempre ponía una moneda en esas manos lanza piedras.
Muchos años han dividido está historia. Las zanjas son enormes 
y fueron cavadas con la urgencia del asfalto.
.
Vengo a proclamar la noticia:
con mis intestinos estoy tejiendo una bufanda,
para darle a la niña que vende mentas 
en la estación del tren y que tiene frío a partir de cierta hora;
cuando los gamines traen sus falos listos para agitar banderas
y la rozan con sus manos deconstruidas con pegamento.
Ella (no la ajena de quien no pienso expresar palabra)
tiene cientos de padres que le obsequian golpes y caricias;
cada tarde tiembla a la misma hora, 
cuando los dolores se despiertan en la memoria
y llegan dos o tres alegres muchachos 
a hablar del invierno, del techo sin tejas que les regala lluvia y luna,
del misterio de las aves que retornan 
a anidar amores entre las rotas vigas de madera…
ellos, los juglares niños del pavimento
terminan de llenar el crepúsculo con su feliz aliento a pega.

No voy a hablar del estipendio de su cuerpo;
muchos golpes han acallado los labios, han abierto cicatrices
en rojos encuentros. Nunca igual al tono de la sangre que se secó 
en el puñal del Flaco Mango. El niño famélico 
que hacía de campana en la esquina
y que murió en una riña hace tres vidas;
cuando le tocaba ser semanero en la escuela 
e iba por fin… con sus huesudas manos 
a tañer el bronce para llamar al último recreo.

Aguantaré la tentación de nombrarla,
como he aguantado el dolor de la primaria infancia,
cuando la madre se interponía entre los golpes
y las sílabas que eran puños en manos de su amante 
o como aguantó el hambre, al hombre, a la luz 
que se incrusta en las pupilas…
al dolor de huesos rotos que perforan desde muy dentro la carne.

Los pulmones apenas alcanzan a reestablecer
la circulación del aire. Mientras cargo noticias
que traen el peso de todos los pecados.

En la misma cuadra que murió el flaco campana
vive el mendigo, el trapero de la tienda 
y la niña que aromatiza el aliento de chapas y prostitutas 
a avanzadas horas de la noche… 
además, está ella, la que no pienso nombrar.
Acunada por el llanto de un bebe de pecho, distante… 
al fin cómoda, iluminada por cirios más pálidos que su piel, 
rodeada de flores. Atravesando por fin el umbral de las promesas.



NO SÉ MUCHO DE MEDIO ORIENTE

Deposito mi palabra envuelta en mugre sudario,
el mismo que cobijó a mi padre, a mi madre
a los hermanos caídos en pasadas contiendas.
Me inclino a levantar los escombros
y hallo entre las grietas flores de lágrimas
estampadas en el polvo. No se mucho de Palestina,
y aun así puedo percibir su dolor. 
No sé mucho de nada
y sin embargo mi pecho aletea errático,
desorientado, infante que huye de lejanas explosiones.
Si cierro los ojos, no puedo ubicar 
ese milenario pueblo en mi cabeza… 

Desde una ignota posibilidad
sé que, si estiro las manos,
puedo buscar en edificios derrumbados
una rosa, una muñeca o una daga. También puedo
y muy a mi pesar… mancharme con
la sangre de mártires caídos…
silenciando mi respirar un ratito, puedo
sentir la rabia contenida de los hombres
y el abrazo de la madre que cubre 
con su cuerpo la tragedia.

Jamás he vivido una guerra,
ni mis hijos han partido en éxodos obligados; 
el hambre no ha mordido en las tardes
con los dientes torcidos de los alambrados.
Miro fakes news desde la comodidad del sillón
y me avergüenzo con estas lágrimas en soledad.
No sé mucho de medio oriente,
más desde siempre he identificado al enemigo.

Te busco tierra sacra… sonrisa ausente, 
dolor de siglos; te convoco: 
Gaza, Rafah, Hebrón, Ramallah
y no hay respuesta… Palestina está lejos…
algo así como a cien latidos de mi corazón;
es por eso que detengo mi jornada
me inclino para dejar a los pies 
de cualquier cementerio del planeta 
mis palabras envueltas en mugre sudario,
el mismo que cobijó a mi padre, a mi madre
y a cada niño que abatió el silencio… 
de esta esfera sangrienta llamada tierra. 



*




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