Cómo fracasar rotundamente

 

Crear es también dar una forma al destino propio

Albert Camus


 Casa sola ya. Sombra callada;

Sin ningún habitante, salvo el silencio…

André Cruchaga


Ya toqué fondo 

y desde aquí gritó la orfandad del mundo. 

Siembro soledades en cada cuerpo

que soportó mi llanto.

Cada noche salgo a cazar demonios. 

Sergio Antonio Chiappe 




Lunes 

Acabo de arrojar las monedas al cuarto.

Dos veces el diablo me dijo que escribiera.

Pero de qué sirve: 

Estoy acá sentado sin saber que hacer.

Con una piedra en la mano raspo mi pecho, mas no sale chispa. 

Caigo como una piedra arrojada

en mitad del océano. 

Cada vez más profundo. 

Cada vez más desolado. 

Como una muerte atrapada por la inercia. 

La conciencia sumergida en un vacío continuo 

(algo que después de unos cientos de metros

nada tiene que ver con la soledad); estática, 

sin poder frenar esta lenta caída.

Sin meca, 

destino 

solo oscuridad. 




Cuesta abajo 

Privándome del sonido y del silencio 

quiero despedirme de la poesía 

a la que amé con ese amor de mentira 

con el que toqué sin pudor las cosas. 

Largo tiempo convenciéndome de que nada valió la pena. Y ni siquiera 

ese conocimiento me sirvió para encender una luna. 

Mi planta de producción fue saboteada desde el principio. 

Por mí. 

Yo acepté este barro, 

hundí mis manos en él, 

y desfallezco de vergüenza ante el producto

que me ve, me reconoce, 

me sonríe con un dejo de tristeza

y se prepara

para 

sin desearlo, 

existir.




Ronda 


He recorrido las calles buscando casa. 

Siempre cambiando de caparazón, 

cansando mi nariz en busca del aire ideal

que tal vez ni siquiera exista. 

Para mí, quiero decir. 

Porque felicidad hay, 

eso es lo que sobra. Yo veo la felicidad

y también me dan ganas de tenerla, 

pero la he apartado de mi lado con violencia, 

como si no trajera felicidad sino desgracia. 

Y en verdad, fue desgracia: 

Mi tragicomedia personal

(supongo que algún día

a mí también me hará reír).

Sin embargo no tengo que reír

para ser EL HOMBRE QUE RÍE.

El que he visto recorrer mis sueños

con nueve espadas en la mano, 

alzándose sobre los tejados de la ciudad

que mal conozco, pero cuando duermo, 

esa ciudad es mi ciudad. Identifico cada casa con la gente que la habita. 

Sé quiénes han reído toda la mañana, 

que aún dormidos conservan sus risas. 

Son seres satisfechos, 

gente feliz; porque tienen al lado al comarca de su corazón. 

Al cual, en plena oscuridad, recorren ese tesoro tibio

que sonríe también; los dos respiran de esa seguridad, 

de esa magia que los eleva. 

Como una mano hecha cuenco, inundada de agua para beber, 

como esa agua, el amor sube a sus corazones y los colma de una alegría 

que creían no existir.

(¡PERO ESO SE ACABA AHORA!)

Cerca de la cama, 

acerco con sutil inteligencia

mi mano a la cabeza de la dama. 

Su cabello es el más suave

y el delicado perfume que de él emerge

me hace tambalear estremecido. 

Cierro los ojos durante un largo segundo

para recuperar el equilibrio, 

y separo mis labios para dejar salir, 

sin ruido, 

un profundo y desolado suspiro. 


Con el mismo sigilo, 

extraigo de mi manga la herramienta

que me servirá de arma. 

Aquella que representa para mí

toda la brutalidad y toda la audacia 

que un solo hombre puede ejercer. 

Me refiero al HOMBRE SOLO.

fiel compañero del HOMBRE QUE RÍE.  

Con esta asombrosa pieza en las manos, 

reúno toda la fuerza que puedo concentrar

en las extremidades y ofrezco a la criatura 

    que devora mi alma

otra victima

para que varíe.


Después de elevar una oración al buen Satán,

dejo caer

el martillo dl juez que ha sellado su sentencia. 

Una intención sobrepasa

lo que hasta entonces había sentido;

el sonido de un cráneo cuando

entra en contacto con un objeto

cuyo ímpetu

excede su capacidad protectora;

y todo su contenido vuela 

esparciéndose por doquier.


El novio se levanta y enloquece,

grita llamando al asesino,

retando a aquel que en un segundo

arrebató su dicha moviendo sus

puños en la oscuridad vacía, 

agotando la energía

de la que ya cree una vida 

sin sentido.

Al final llora como un niño

y llama a la muerte para que lo arrulle. 


Por ese llanto es que he venido. 

Bebo en silencio

y despacio

toda esa amargura

(la cual retengo en la memoria de manera vitalicia).

Y salgo casi volando por encima del tejado,

como bailando un vals. 


Se preguntarán por qué no usé mis nueve espadas. Estas son para mis

verdaderos enemigos, aquellos que odio de buena gana, 

que veré de frente a los ojos antes de rebanar, de desaparecer.

Lo anterior ha sido cariño.

Reservé mi mejor caricia

para esa bella anfitriona. 

He dejado como muestra

este acto de ternura, en espera de que en cordial 

correspondencia, me brinde la parte

más sincera de su amistad.




Cómo fracasar rotundamente 
Gustavo Andrés Valdés Acero 
Editorial Coleccionista de letras 
2018


*



Gustavo Andrés Valdés Acero nació en Pamplona, Norte de Santander, Colombia.

Egresado de Filosofía y Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional, en la línea de poesía.

Ha realizado colaboraciones en poesía y relato en las revistas:

Contestarte, con los poemas Nada poética y Efecto Marea.

Capital Letter, con el cuento Separación y el poema Algún día las mujeres me dejarán algo más que sus cabellos.

La Ventana, con los poemas Desplazados y Sano.

Revista Online Cronopio (Edición 59), con el relato Historias con gato.

Revista de ciencia ficción Cosmocápsula (edición N. 16),  con el poema Malestar.

Phoenix (edición N. 16), con el cuento Todo en orden.

En el I Concurso de Poesía Erótica “Diviertesex”, su poema Ofidios fue seleccionado para hacer parte de la antología del mismo nombre. En la edición de septiembre del 2017 de la revista La Raíz invertida publicó el poema Perra de las perras ; en el número 43 de la revista de poesía Luna Nueva, aparece una selección de textos suyos (cinco poesías) en la sección Nuevas Voces. Otra selección de sus escritos aparece en la revista internacional de poesía La Otra. Noviembre 2017. 

En 2018, publicó su primer poemario: Cómo Fracasar Rotundamente. Su segunda obra, Terrorismo Mágico, salió a la luz en 2022.

Su obra ha estado presente desde el año 2022 en la FILBO y su autor ha participado en eventos de difusión dentro de la misma; tanto de la mano de la editorial Libros Para Pensar, como de la asociación LIT de literatura. Actualmente trabaja en la terminación y edición de su tercera obra poética: El breve Antropoceno.

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